viernes, abril 21, 2006

Una de sentido común

Por mi formación académica, frecuentemente las decisiones políticas afectan a mi trabajo. Al trabajar en una oficina de información tengo que estar al día de estas decisiones. Soy un caso raro.

Estoy seguro que hay muchísima gente que le importa 3 pimientos (rojos, verdes o fritos) que hayan cambios en la Generalitat. Los políticos a veces se ven más legitimados por los medios de comunicación que por el propio pueblo. Y como salen mucho en la tele, pues se lo creen. Me explico. Estoy seguro que a muchísima gente le da igual si un conseller se cambia (o ministro) o se pone. Lo importante para el día a día como ciudadadanos es si la RENFE me ofrece un buen servicio, si no tengo que pagar peajes, si tengo plaza en la guardería pública, si tengo que pagar libros de texto o no, si mi nivel adquisitivo no me permite ni siquiera alquilar compartiendo el piso con compañeros o amigos...

Parece ser que los problemas del día a día se alejan mucho de las decisiones políticas. El llamado estado de bienestar nos queda un poquito lejos.

¿A qué viene todo esto? No, queridos niños y niñas, no me he fumado nada raro. Os explico. Ayer cayó en mis manos un boletín que había editado una oficina de información juvenil y comentaba que existía el programa EURES de mobilidad de trabajadores. Por simple curiosidad se me ocurrió mirar cuántos trabajadores sociales hacían falta en el Reino Unido. El resultado de ofertas de trabajo en el último mes fue de 11.000 y pico, brutal. De momento no es que tenga mucho pensamiento de pirar (quién sabe) ya que tendría que perfeccionar mi inglés, pero me ha dado mucho que pensar. El estado de bienestar no se acaba con las pensiones miserables de nuestros abuelos o del acceso universal a la sanidad. No se pueden dejar en el tintero los problemas que los jóvenes tenemos para alquilar o comprar una vivienda, el alto porcentaje de contratos temporales o los recursos asistenciales. En el Reino Unido hay recursos de todo tipo (uno de los que más me ha impactado ha sido el programa que emite TV3 los domingos por la tarde que se llama Teen Angels, un programa donde una asistente social hace terapia familiar para solucionar problemas de convivencia entre las familias y los hijos adolescentes). En fin, que hay de todo para todos. El verano pasado estuve de vacaciones en Londres y curiosamente vi pasar por Oxford St una furgoneta con un rótulo "Homeless Library". Estoy de acuerdo que antes de montar bibliotecas móviles para homeless hay que haber reselto muchas otras necesidades, pero al fin y al cabo hay personas que escogen vivir sin un lugar fijo. Me planteo el trabajo que habrán hecho con esas personas para llegar hasta el punto de tener bibliotecas sobre ruedas.
El día que vea pasar por delante de mi casa una biblioteca para personas sin hogar, pensaré que estoy más cerca de Europa.

2 Comments:

At lunes, julio 03, 2006 2:58:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

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At viernes, julio 21, 2006 12:04:00 a. m., Anonymous Anónimo said...

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